Tradicionalmente el yoga se dirige hacia una purificación de lo mental, para que podamos discernir lo impermanente de lo permanente, lo puro de lo impuro, la que aporta apertura de lo que conlleva constricción y lo que es esencial de lo que es accesorio.
Para ello, ofrece vías y guías según el estudiante, las más conocidas de las cuales son el kriyā yoga y el aṣṭāṅga yoga, del que Patañjali habla en el libro II de los Yoga Sūtra.
En estas pautas que nos recomienda, la recitación del mantra aparece citada en varios sūtra a lo largo del libro en sus diferentes capítulos. Esto es así, porque en la tradición, la forma suprema de svādhyāya es la recitación del mantra. Desde la tradición sāṃkhya y del yoga, se considera que el conjunto anidado sonido-éter-oído-habla es una emanación de nuestra naturaleza más profunda que va progresivamente encarnándose (haciéndose materia concreta) desde las cumbres supremas de nuestro ser esencial hasta nuestro cuerpo.
De modo que si el sonido viaja por el éter, llega al oído y se convierte en habla en una transmutación, nosotros podemos practicar una transformación en camino inverso y complementario: recitar mantra (habla) para purificar y afinar sentidos y mente (oído) para experienciar el éter (espacio) y conocer la verdadera naturaleza del sonido como emanación del Ser que somos.
Es decir, recitar y cantar mantra-s es recitar y cantar a aquello que somos, de modo que ese conocimiento del que habla svādhyāya se realiza de forma completa. Recitar y cantar mantra-s es un viaje de autodescubrimiento que nos ayuda a desbloquear el prāṇa congestionado y le permite fluir: nos permite eliminar las impurezas físicas, emocionales y mentales con la activación del apāna vayū, facilita la lucidez mental y ese flujo nos vitaliza y energetiza para la vivencia de experiencias y realidades más profundas y sutiles.
El canto de mantra-s está asociado al establecimiento en mūla: una florece en su absoluto potencial y se convierte en el instrumento a través del cual la vida se realiza de modo completo y único en cada una de nosotras, cada una con su nota, su color, su tono, su cadencia, su ritmo y su expresión.
Al invocar (in-voz) hallamos nuestra voz (voc-ación).
Esta herramienta ancestral del yoga, la principal en la antigüedad, tan potente y muy desconocida en occidente (el canto védico no son kirtans con instrumentos) requiere de la guía experta de una persona bien conocedora y practicante de samantraka (la utilización del mantra en la práctica de āsana y prāṇāyāma) y formada en canto védico ya que las reglas de recitación han de estar presentes y son imprescindibles para garantizar la vibración sanadora del mantra.
Si quieres exprimentar esta aventura hacia tu interior y a tu expresión en el exterior, te invito a que te animes a recibir clases individuales presenciales o por Skype. Si sois un grupo de personas interesadas, podemos organizar un grupo y si queréis profundizar también ofrezco el programa de Estudio de Yoga Sūtra y canto védico (con la posibilidad de cursar únicamente sutras o canto).
Arantxa Corrales
Yogaterapeuta y formadora de Yoga Sūtra y canto védico